lunes, 3 de septiembre de 2012

Institucionalización de la lucha social


Patrick Cuninghame (Mex)

La institucionalización ha sido históricamente y sigue siendo actualmente una de las formas más eficaces utilizadas por el capitalismo para dividir, cooptar, reprimir y marginalizar las luchas sociales radicalmente anti-capitalistas. En México esta estrategia estatal en el pasado ha tomado la forma del “plomo o plata” dirigida hacia la corrupción y cooptación de los líderes y caudillos de las luchas sociales, no tanto de sus seguidores, quienes según la lógica autoritaria habría siempre obedecido y seguido a sus mandos. Hoy existen métodos más sofisticados y engañosos para persuadir a los rebeldes a regresar a dormir y obedecer. Se puede y se debe criticar al nuevo movimiento #YoSoy132 por sus varias ingenuidades políticas y falsas conciencias pero una cosa que ha hecho muy bien ha sido desnudar la relación intensamente simbiótica entre los medios masivos corporativos y el sistema político “democrático” capitalista y sus intentos periódicos a reproducir un consenso a su favor a través de los procedimientos electorales mediatizados. La Escuela de Frankfurt en los años 30 ya había identificado la capacidad de los medios masivos y demás ramas de las industrias culturales a inducir integración, pacificación y falsos consensos como uno de los claves del control capitalista sobre una clase obrera adormecida, engañada e influida a la pasividad, la obediencia silenciosa, la resignación y la integración en el sistema capitalista con sus valores corruptos individualistas y consumistas.
Sin embargo, más allá de estos mecanismos sociales y cotidianos para garantizar la paz social de la sociedad capitalista por medio de la narcotización mediática, que representan el fondo de nuestras luchas sociales, estamos más interesados en las técnicas políticas del estado capitalista contemporáneo mexicano en institucionalizar las luchas sociales, así convirtiéndolas en procesos por su integración y consolidación en lugar de su debilitación y derrota. En fin queremos saber cómo identificar los mecanismos y procesos de la institucionalización política de las luchas sociales para evitarlos y superarlos.
Aquí sin duda el lopezobradorismo en particular y el prdismo y demás formas de la social democracia reformista y neoliberal “progresista” estilo Lula, liberalismo pseudo-radical  y neo-institucional, también de algunos movimientos sociales o sectores a sus internos, han jugado el papel de los “tontos útiles” del sistema. Se puede debatir si el lopezobradorismo es mas “neo-keynesiano conservador” o “neoliberal progresista” pero sin duda ha sido sumamente eficaz en cooptar casi la totalidad de la izquierda extraparlamentaria mexicana a luchar día y noche (literalmente durante el plantón postelectoral en 2006) a favor de un capitalismo populista y “bueno” como único alternativo “realístico” al neoliberalismo tecnocrático, entreguista y desde 2007 abiertamente, violentamente y masivamente asesino. La situación ha llegado a tal extremo que votar para AMLO pareció la única forma para parar la guerra absurda de Calderón contra los narcos que ya ha costado más de 95,000 vidas desde 2007 según el último informe de la INEGI de agosto de este año.
Pero no solamente la izquierda histórica, obrera y sindicalista “independiente” parece haber aceptado y adoptado como suyo el discurso  “amoroso” (o sea hay que aprender amar el capitalismo “bueno” populista para poder acabar con el capitalismo mafioso)  de AMLO. También el sector de los “nuevos movimientos sociales” con sus valores “posmaterialistas” y objetivos políticos “poscomunistas”, de antemano el #YoSoy132, objetivamente han caído en la trampa de la institucionalización. Este movimiento sin duda rompió la esterilidad de una campaña electoral particularmente aburrida en mayo de este año cuando desnudó la dependencia no solamente de Peña Nieto pero de hecho de toda la clase política de su alianza con los medios masivos en general y con el duopolio (ahora monopolio desde junio) de Televisa y Teleazteca. Aunque declaró su intención de ampliar y profundizar su lucha contra el neoliberalismo (hasta se menciono la palabra capitalismo algunas veces) y de aliarse con movimientos que constituyeron la Otra Campaña en 2006 como el FPDT de Atenco en su primer Asamblea Interuniversitaria en las Islas de CU a finales de mayo ( hasta aquí la única vez que ese movimiento practicó la democracia participativa, directa e incluyente antes de recaer en la democracia representativa, indirecta y excluyente en todas las demás asambleas interuniversitarias desde entonces) no ha podido escapar el neo-institucionalismo de su ala derecha protagonizada por muchos de los académicos de las universidades públicas y privadas y por buena parte de los estudiantes de las privadas y hasta algunos de las públicas. A pesar de un sinfín de pruebas de la corrupción irremediable de las actuales instituciones electorales desde IFE a TEPJF a los mismos partidos políticos, casi dos meses después del enésimo fraude electoral del 1 de julio se sigue con la absurda pretensión que las mismas instituciones electorales y políticas fraudulentas y corruptas van a suicidarse políticamente y declarar las elecciones anuladas. Mientras tanto algunas coyunturas críticas para la lucha de clases anti-capitalista han llegado e ido casi sin un esfuerzo serio por parte del 132 y sus movimientos y redes sociales asociados. Nada mas pensamos en la marcha de los estudiantes rechazados que este año fue de lo mismo tamaño relativamente pequeño como todos los años a pesar que el 90% de los aspirantes fueron excluidos por UNAM y por la cual el 132 no movilizo seriamente, perdido en su obsesión electoralista, mediática y neo-institucionalista. El 132 sin duda es uno de los movimientos sociales más importantes en la historia reciente de México y de América Latina y evidentemente acaba de iniciar sus luchas. Además es un movimiento necesariamente en conflicto con si mismo, con la presencia de una derecha liberal importante pero no muy aceptada por su izquierda mayoritaria pero por el momento desplazada y confundida por el actual enfoque electoralista y legalista. Es un movimiento que todavía podría volverse radicalmente anti-capitalista mientras mantenga sus características masivas, pacificas e innovadoras pero no antes de separarse y alejarse del liberalismo lopezobradorista y neo-institucional.
Es cierto que necesitamos nuevas instituciones externas al estado capitalista para consolidar los avances en nuestras luchas antes de poder finalmente derrumbar un sistema pasando por su peor crisis económica, institucional y de credibilidad en los 500 años de su historia infame. Los zapatistas ya nos han señalado que la construcción de tales instituciones revolucionarias y extraestatales desde abajo es factible y necesaria con la constitución de las JBG y de los Caracoles desde 2003. Tambien los levantamientos de la multitud en 2011 y 2012 en Medio Oriente, en España, Grecia, Inglaterra, Chile, Estados Unidos y Quebec y en muchos otros países y ciudades, nos enseñan que el camino hacia la democracia absoluta no pasa por las instituciones liberales capitalistas, diseñadas específicamente por la captura, cooptación e institucionalización de las luchas civiles, obreras y campesinas anti-capitalistas. Al contrario, pasa desde abajo y por la izquierda por las instituciones extraestatales, incluyentes, participativas, construidas y constituidas por nosotros cada día a través de nuestras luchas, al fin la verdadera forma democrática y la única libre de fraudes y manipulaciones mediáticas en este o en cualquier país.
Ponencia a la 5ta Asamblea Nacional Obrera y de Trabajadores de la Ciudad, el Campo, el Mar y el Aire
Ciudad Juárez, 24-26 de agosto de 2012 (Primera Parte)
Ponencia detonadora para MESA 4: Institucionalización de la lucha social
Patrick Cuninghame es profesor de la UAM-Xochimilco y miembro de SITUAM

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