domingo, 1 de abril de 2012


A modo de tácticas…
Santiago Arcos
(Chile-Arg.)

La forma del desfile, con el tiempo, ha sido completamente superada. La imagen de los estudiantes que salieron a las calles con la bandera de las organizaciones estudiantiles, o de sus liceos, y gritando en defensa de un derecho imaginario a estudiar, no sólo ya no refleja la subjetividad de los movimientos, incluso puede no estar a la vanguardia de estos. Aparece muy alejada en las reivindicaciones y prácticas de lo que el contexto social actual requiere: una oposición social coherente no tiene lugar en la fiesta de la juventud o de la organización estudiantil.

 Como nunca, en años anteriores, la tendencia en los movimientos, fueron manifestaciones pacíficas, dominado y pacificado, las prácticas de la mediación sin fin en las calles, han expresado su "fuerza social" que se extendió en la discusión estéril de los movimientos sobre los tópicos de la violencia/no-violencia y ha constituido un objetivo común para todos los estudiantes.

Prácticas, como el "bloqueo de todo el día", usados en las ocupaciones del Congreso, oficinas publicas, Municipios, etc., ideado ahora ultimo por la ACES, han sido muy exitosas y han coadyuvado a la creación de imaginarios y de nuevos métodos de acción colectiva, las que en mi opinión deben ser aceptadas y alentadas por el movimiento.
Experiencias como las jornadas de paro estudiantil ocupando las principales arterias de las ciudades, u otros puntos importantes de estas, como sus bolsas de comercio, han sido siempre el modelo que no se ha sabido utilizar, me explico: en ese tipo de movilizaciones el papel que la ciudad adquiere es el de convertirse en un campo de batalla y el conflicto, invade y bloquea durante horas, sino durante todo el día, y la ciudad recibe un golpe, en  sus puntos críticos bloqueando el flujo normal del desarrollo económico y social de las ciudades (carreteras, puertos, aeropuertos, estaciones de ferrocarril).

Otra práctica es el asedio a los palacios del poder político, el asedio a los centros financieros, ahí hemos fallado, debemos asediar los bancos, las agencias de impuestos, los símbolos de la especulación financiera.

El bloqueo de las ciudades, así como el asedio de los edificios, debe resultar,  será, sin duda, un  momento de  expresión espontánea de ira social, es un momento constituyente de las dinámicas del común en su antagonismo.
No se puede decir lo mismo de lo que son prácticas que el movimiento, de movimientos en Chile, ha tratado de importar como estrategia, ocupar las herramientas de la acampada, sin duda es interesante y de gran alcance, pero por ahora no tienen contexto en el tejido social chileno, y sin duda van declinando dentro del contexto político mundial que vivimos, dando paso en todo el mundo a manifestaciones mas del tipo bloqueo y asedio. De hecho, podemos ver que si estas prácticas han sido capaces de desarrollar los movimientos en contra de la política del capital en España o en contra de la financiarización de la vida en los EE.UU., con una gran participación y una gran imaginación que aquí no han tenido la menor importancia . 

Las prácticas que apliquemos, para ser realmente eficaces, deben ser capaces de ser una expresión del común, de la multitud, de clase, enraizarse en el tejido social, el papel de aquellos que luchan, para tener éxito en el desarrollo de una configuración de la “protesta” que está en proceso de cambio, debe adaptarse a los métodos que se de el común.

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